Raramente John Chambers concede entrevistas individuales. Este cronista ha perseguido un encuentro durante tres años, sin conseguirlo. Hasta que fue invitado a participar en una ronda con un quinteto de periodistas durante el Mobile World Congress. Fue una larga y prolija conversación, de la quedaron tácitamente excluídos temas como los resultados de la compañía. ¿Habrá una segunda oportunidad? Los lectores no necesitan una presentación de Chambers, pero no está de más recordar que en los últimos tiempos Cisco viene dando un giro a su estrategia, profundizando en la arquitectura de software y la arquitectura de las redes, con los conceptos SDN y NFV. Por ahí empezó el diálogo.
¿Cuál es su impresión del Mobile World Congress de este año?
Marca un punto de inflexión sobre años anteriores. He conversado estos días con algunos de nuestros grandes clientes, operadores y proveedores de servicio que han venido a Barcelona. Le puedo asegurar que palabras como virtualización, automatización y orquestación han formado parte de su vocabulario de este año. Y del mío. Todos y cada uno están pensando en cómo aumentar sus ingresos, cómo encontrar nuevas fuentes de ingresos, cómo controlar sus costes operativos, cómo obtener ventajas frente a sus competidores. Todo tiene que ver, en mayor o menor medida, con esas tres palabras. La transición ya se apuntaba el año pasado, conceptualmente, pero lo que vemos en 2014 son proyectos y contratos sobre la mesa.
¿Ha hablado con esos interlocutores sobre el Internet de las cosas? ¿Está también en su vocabulario?
Sin duda, es otro punto de inflexión para la industria. En nuestra conferencia de Barcelona, el pasado octubre, tuvimos 800 asistentes; en el CES de enero en Las Vegas se vio que el concepto había entrado en un terreno práctico, ahora se confirma que la industria se mueve en esa dirección.
¿Por qué ahora? Aventuro que otros flujos de ingresos, como los dispositivos móviles, tienen menos recorrido o dejan menos márgenes…
Viene de lejos. La industria ha pasado gradualmente de estar centrada en la computación a sumergirse en un mundo regido por las redes IP. Nuestras previsiones son conocidas: la demanda de banda ancha se multiplicará por 11 en los próximos cinco años, y la mayor parte del tráfico adicional será vídeo, un 70% a escala global, un 90% en los países desarrollados.
¿Qué consecuencias económicas espera?
Los operadores se encuentran ante la absoluta necesidad de monetizar la sobrecarga que pasa por sus redes. Tenga en cuenta que el 75% de sus desembolsos son opex y el 20% capex. Este es el punto de partida de cualquier consideración económica.
¿Cómo ajusta Cisco su estrategia al auge de la virtualización de redes? ¿Cómo impactará sobre sus resultados?
A grandes rasgos, lo que queremos es conectar todo dispositivo digital, incluso aquellos que no existen todavía. El impacto económico global para la industria se ha estimado en 19.000 millones de dólares, sumando beneficios y ahorro de costes. Es probable que los ingresos de Cisco se estrechen un poco por la virtualización, pero creemos que los márgenes subirán, en principio. El mercado no va a esperar al que llegue tarde.
Otro concepto que Cisco proclama profusamente es el de ciudades inteligentes. ¿Qué relación tiene con el Internet de las cosas?
Es interesante que me lo pregunte aquí, en Barcelona, porque no hay mejor ejemplo de cómo avanza la idea de smart city. El alcalde Trías o el vicealcalde Vices podrán decirle, mejor que yo, que el efecto sobre la ciudad se estima en 3.000 millones de euros, que esperan crear 47.000 empleos nuevos, que Barcelona ahorra muchos millones al año en edificios inteligentes y en aparcamientos, en gestión del agua y de los residuos urbanos, y en la optimización del transporte público. Este es el contenido concreto, del Internet de las cosas.
En el catálogo de Cisco no hay productos de redes de acceso. ¿Es un obstáculo para la compañía en este mundo que usted ha descrito?
Lo que usted dice es cierto e incierto a la vez. Las estaciones base son sólo una parte de la infraestructura de los operadores. El usuario final no sabe, ni tiene por qué saber, si sus comunicaciones móviles, que él identifica con 3G o 4G, pasan por wifi, por una small cell o por una femto cell, ni sabe cuál es la arquitectura de la conexión fija. Pero si usted piensa en el coche conectado – otro tema de actualidad aquí – es absolutamente necesario tener una red de radio ubicua, con integridad y ´sin costuras`. En los últimos años, Cisco ha hecho las adquisiciones necesarias para estar presente en este mercado, y como consecuencia, de las nueve áreas de movilidad que tenemos identificadas, Cisco es el número uno en cinco y el número dos en cuatro.
Históricamente, Cisco ha sido una compañía orientada hacia las redes de empresa sobre líneas fijas, que en los últimos años se ha adaptado a un mundo inalámbrico. ¿Dónde está la ventaja comparativa?
Nuestra ventaja es que hemos sabido acompañar la evolución del mercado. No hay una verdadera separación entre redes fijas e inalámbricas, y la arquitectura de Cisco, gracias a la virtualización, borra las diferencias. Si usted revisa nuestras 15 adquisiciones más recientes, verá que todas menos una han sido empresas de software. Mucha gente sigue pensando que Cisco es una empresa de hardware, pero en la realidad el 85% de nuestros ingenieros se dedican al software.
La tecnología 4G no está suficientemente implantada, y ya empieza a hablarse de 5G. ¿Tiene Cisco una visión de cómo debería ser?
Lo interesante es que cada uno habla de 5G según su propia concepción, y eso está bien. Nuestra concepción, en este momento, es que probablemente 5G será impulsada por el desarrollo del Internet de las cosas, no por el tráfico de datos que ahora circula por las redes. ¿Qué implica esto? Que habrá unas tremendas necesidades de conectividad, y estas van a ir mucho más allá de lo que los consumidores actuales pueden siquiera imaginar.
Se ha conocido un acuerdo cruzado de patentes entre Cisco y Samsung, que ha sido interpretado como una ventaja para Samsung de participar en la innovación de Cisco en materia de Internet de las cosas. ¿Qué espera Cisco por su parte?
OK, sólo por darle dos antecedentes: tenemos más de 10.000 patentes registradas, y somos defensores de la propiedad intelectual. Dicho esto, no somos partidarios de usar nuestras patentes como barreras de entrada contra nuestros pares o nuestros competidores; desdichadamente, en la industria hay demasiados litigios en torno a empresas que tienen como única razón de existir el control de paquetes de patentes. Lo que hemos hecho, primero con Google y luego con otros actores, es llegar a acuerdos cruzados que cumplen con ese espíritu que he descrito. Los objetivos de las otras partes, no me corresponde a mí interpretarlos.
¿Cuál es su posición en relación con los problemas de seguridad que se han planteado con agudeza en los últimos meses?
Antes, déjeme decirle que IoT es un fenómeno imparable, pero lo único que puede ralentizar su desarrollo son los problemas de seguridad. Nuestra posición es que la seguridad ha de formar parte de la arquitectura, y desde este punto de vista puedo afirmar que Cisco es la compañía de seguridad número uno del mundo. ¿Ha visto usted la serie Revolution, en la que las luces se apagan simultáneamente en todo el mundo? Es ficción, pero puede ocurrir. Es real el peligro de que alguien ponga en circulación información sobre identidades robadas a un banco o a una cadena comercial. La única manera que tenemos de protegernos es incorporar la seguridad en la arquitectura de los sistemas, que han pasado de ser computer-centric a ser network-centric. Entiendo muy bien el contexto de su pregunta. Cisco no es un operador ni un proveedor de contenidos, y puedo decir con absoluta certeza que nunca hemos recibido órdenes o peticiones de ningún gobierno en ningún país del mundo para entregar o facilitar la entrega de información. Nuestra posición es muy clara: el usuario tiene derecho a que la información que confía a una red no sea compartida con nadie, a menos que él mismo lo decida.
Hemos escuchado estos días la queja de los operadores europeos acerca de la fragmentación del sector. Como proveedor de infraestructura para esos operadores, cree que sería mejor que hubiera cinco o diez para una treintena de países, en lugar de doscientos?
Sinceramente, esa fragmentación estructural no es buena para Europa, porque crea una desventaja competitiva. Ahora, si pienso egoístamente, debería gustarnos que haya muchos operadores, cada uno con su plan de inversión: venderiamos más, en apariencia. Pero no es bueno para Europa, si se compara con Asia o Norteamérica. Mis padres eran médicos, y de ellos aprendí que no hay que confundir los síntomas con la enfermedad.
¿Qué piensa de la compra de What´s App por Facebook? ¿Tiene sentido pagar 19.000 millones de dólares por una compañía que apenas tiene ingresos?
En mi experiencia, hasta tres o cinco años después de una adquisición no descubres si ha sido una buena decisión. Las preguntas que uno ha de plantearse antes de comprar una empresa, con independencia de su tamaño y modelo de negocio, son: ¿podrás o sabrás conservar a la gente talentosa que incorporas?, ¿serán capaces de dar el salto a la próxima generación del producto o servicio que hoy justifican la compra?, ¿te ayudará a ser líder en el segmento de mercado de que se trate?, ¿qué cambia dentro de tu empresa? Por lo tanto, no creo que la cuestión sea el precio, sino qué recursos obtienes a cambio del precio. Se lo dice alguien que ha comprado 168 empresas.
[publicada en La Vanguardia el 16 de marzo]